miércoles, 25 de marzo de 2009

IMAGEN DE CANDELERO

EL CASO DE LAS VÍRGENES "DE VESTIR"

Fijaos qué curiosa resulta la imagen que dejo aquí a la izquierda. Vemos en ella un grupo escultórico en el que apenas nos cuesta trabajo distinguir a un Niño Jesús de pequeño tamaño. Es obvio también que está en brazos de una figura adulta Pero, ¿qué personaje es ese que parece ir ataviado como si de una competición deportiva se tratase? No es sino una Virgen de las denominadas "de vestir". Una de esas esculturas en las que el artista ha renunciado a completar su labor dotándola de un atuendo externo realizado en la misma materia prima que el resto de la talla. Por el contrario, será otra persona la que literalmente vista a la imagen, eliminando así esa apariencia ruda y sin finalizar que transmite en el estado en que la contemplamos.
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Podríamos concluir que en ese estado esta imagen queda incompleta y no parece que sea capaz de inspirar la más mínima devocion. En definitiva, considerando la posición del Niño, probablemente nos encontramos ante una Virgen del Carmen despojada de su indumentaria. Si dispusiese de ella, el resultado final sería semejante al que podemos observar en la foto de la derecha.

No obstante, en ese caso, el escultor ha labrado, aunque sea en sus rasgos básicos y de forma ruda, todo el cuerpo de la imagen, en el que es perceptible la presencia de unos brazos articulados. Pero en la foto de la izquierda encontramos una novedad: la cabeza femenina parece tener el pelo simplemente remarcado y pintado en color oscuro. En este caso, los brazos no van unidos al cuerpo, sino que han sido trabajados por separado. En realidad, el escultor ha tallado una Virgen María en tres objetos separados: una cabeza y dos manos.

Para dar unidad al conjunto se recurre a una doble labor: en primer lugar, se procede a ensamblar las tres piezas en un candelero de madera, una especie de estructura troncocónica sobre la que se asienta la cabeza y que permite una cierta articulación de las manos, conforme podemos observar en la figura de la derecha. En un segundo momento, se completa el trabajo procediendo a vestir a la imagen, habitualmente con lujosos ropajes.

Este proceso que comentamos quedó claramente definido durante la época barroca, siendo completamente predominante en la escuela de imaginería andaluza, que concretó el modelo de "virgen dolorosa". En este tipo de obras el imaginero concentra su trabajo en los rasgos expresivos del rostro, en el que el sentimiento de pena es bien visible y queda además remarcado por la presencia de unas pequeñas lágrimas de cristal. Luego un devoto de la imagen, su vestidor, completará la tarea, dotando a la figura de la apariencia con la que resulta familiar, como vemos en la última foto de la serie.
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En definitiva tenemos en todo este proceso algunas muestras de la más pura mentalidad barroca: el creyente ve una virgen, aparentemente de cuerpo completo, aunque de ese cuerpo únicamente existan el rostro y ambas manos. No hace falta más, porque con esos elementos se cumple a la perfección la función que tal estatua ha de tener: conmover al espectador. El gusto por lo artificioso y la sorpresa es evidente. La parte por el todo.
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Leed en esta Web el artículo sobre las imágenes de vestir. Además, aquí podéis obtener información sobre ese arte de vestir a las vírgenes: "altísima costura".

sábado, 14 de marzo de 2009

SANT´ANDREA AL QUIRINALE

JUGANDO CON LAS FORMAS

Cuenta la tradición que un viejo arquitecto con más de setenta años de edad acudía algunas veces a este templo en horas en las que no había cultos y se sentaba en silencio en uno de sus bancos, entreteniéndose en mirar las formas curvadas de los muros. A cada poco levantaba su cabeza hacía la cúpula y se embelesaba contemplando los efectos cambiantes de la luz que entraba a raudales por los amplios ventanales. La iglesia es la de San´Andrea al Quirinale, en Roma, y el anciano que parecía disfrutar de su interior barroco no era otro que Gian Lorenzo Bernini (1598--1680), arquitecto de los papas y, además, de este templo tan peculiar.

En el solar que ocupaba esta iglesia existía una anterior, consagrada al apostol San Andrés. Su situación en el siglo XVI era bastante privilegiada, al encontrarse frente al palacio del Quirinal donde por entonces residía el Papa. En el año 1568 el templo, fue entregado en donación a la recién creada orden de la Compáñía de Jesús, que lo restauró, edificando junto a él la sede de su noviciado en Roma. Sin embargo, a mediados del siglo XVII la creciente importancia de los jesuítas, de una parte, junto al interés del papa Alejandro VII por embellecer la ciudad de Roma, de otra, explican que aquella iglesia fuese practicamente demolida para levantar en su lugar el templo barroco que ahora podemos contemplar. En todo ello jugó también la intención pontifica de emplear esta iglesia como capilla personal. La financiación corrió a cargo del príncipe Camilo Pamphili, razón por la cual su escudo de armas luce en lo alto de la fachada.

El proyecto fue encargado a Bernini, quien consideró la posibilidad de levantar un edificio de planta pentagonal, aunque finalmente optó por la forma elíptica centralizada. Las obras comenzaron a finales de 1658 y quedaron concluidas, en lo fundamental, en 1670, con el resultado de que en esta pequeña iglesia romana vinieron a coincidir diversas soluciones constructivas que buscaban la sorpresa del espectador. La primera de ellas se encontraba en la misma fachada del templo, a la que se accede por una escalinata curvada. Contrasta aquí el llamativo clasicismo, conseguido a base del empleo de pilastras jónicas de orden gigante que sostienen un frontón triangular, con el pórtico curvado y sobresaliente, elevado sobre columnas exentas (también de orden jónico), que parece adelantarse para recibir al visitante y en el cual se cobija otro frontón triangular.

Franqueada la entrada, el espectador va a resultar de nuevo sorprendido. Bernini ya había experimentado con anterioridad con las plantas ovaladas, pero aquí introdujo otra novedad, consistente en disponer la única entrada al templo en paralelo con el eje mayor del edificio y no con el menor, como hubiese sido habitual. De esta forma se ofrece al visitante un amplio frente visual, reforzado además por la disposición de un pequeño ábside que enmarcaba el fondo de la capilla principal, dispuesta frente a la entrada, y a cuyos lados se situaban dos pares de columnas corintias de mármol que sostienen un frontón curvo partido en el que se colocó una escultura de San Andrés en vuelo hacia el cielo. Por tanto, en el conjunto de este eje, el juego de volúmenes se basa en lo contradictorio: convexo en la entrada y cóncavo en la capilla. Por otra parte, en los muros de la iglesia, a ambos lados de los extremos del eje mayor, se sitúan cuatro otras cuatro capillas con altares separadas por pilastras corintias. A sus lados, otros cuatro nichos con tribunas sobre ellos permiten alojar confesonarios

En todo este conjunto sorprende también la riqueza de los materiales empleados: mármoles de distintos colores, estucos y dorados, esculturas de ángeles. El mismo repertorio decorativo lo encontramos también en la cúpula que cubre el templo y por la cual la luz que atraía a Bernini inunda el interior. Todo ello al servicio de una idea principal: la de hacer visible que el martirio de San Andrés, conforme aparece reflejado en el lienzo del altar mayor, fue el glorioso camino que lo condujo a la vida eterna. Pura escenografía barroca. El arte de la sorpresa.

El Digital Imaging Project tiene tres páginas de fotos dedicadas a este edificio, que podéis visitar virtualmente, en 360º clicando aquí.

jueves, 5 de marzo de 2009

PABLO III Y SUS SOBRINOS

COMENTAR UNA OBRA DE ARTE (14)

Dedicamos esta vez nuestro comentario a una obra artística de carácter pictórico, representativa del renacimiento veneciano. Se trata del famoso retrato de grupo de Pablo III y sus sobrinos, realizado por Tiziano.

1) DETERMINAR:

a) TIPO DE OBRA: pintura.

b) TÍTULO: El Papa Pablo III y sus sobrinos Alejandro y Octavio Farnesio.

c) AUTOR: Tiziano Vecellio (h. 1490-1576).

d) FECHA: 1545-1546.

e) LOCALIZACIÓN: Galería Nacional de Capodimonte. Nápoles, Italia.

f) ESTILO: Pintura renacentista veneciana del Cinquecento.

2) ANALIZAR:

A) Análisis técnico:

* FORMA: Pintura al óleo sobre lienzo. 210 x 174 cm.

MÉTODO: Obra realizada al óleo, mendiante pincel. Los análisis efectuados a la obra han permitido concluir que los pinceles empleados por Tiziano en este cuadro debieron ser muy finos.

* DESCRIPCIÓN GENERAL: Tiziano nos presenta en esta obra un retrato de grupo, con tres personajes dispuestos en una estancia de la cual únicamente se nos muestra el suelo (pintado en color prácticamente negro) y la pared del fondo, de color algo más claro y en cuyo centro se observa un cortinaje de color rojo recogido hacia el lado derecho del espectador.

Por todo mobiliario, en la sala encontramos, a la izquierda, una mesa rectangular cubierta con ropajes de color rojo y sobre la cual se alza un único objeto, que parece ser un reloj de arena. Junto a esta mesa se halla una silla de alto respaldo de madera labrada y brazos, en la cual se encuentra sentado uno de los tres personajes representados.

El citado personaje no es otro que el Papa Pablo III, ataviado conforme a su dignidad pontificia. Viste sotana blanca, sobre la cual lleva una muceta de terciopelo rojo, ribeteada de armiño. Del mismo color rojo son también sus zapatillas y el camauro con que cubre su cabeza (igualmente ribeteado en armiño). El Papa apoya levemente su brazo derecho sobre el borde de la mesa, mientras el izquierdo reposa sobre el brazo del sillón, al que agarra con la mano, en uno de cuyos dedos podemos apreciar una sortija con una piedra de color rojo.

El Sumo Pontífice aparece levemente girado hacia el personaje que se encuentra a su izquierda y que aparece entrando en la estancia. Se trata de Octavio Farnesio, sobrino del Papa, ante quien realiza una leve reverencia a modo de saludo. Su condición de seglar queda refrendada por la vestimenta que luce. Por lo demás, en su costado izquierdo porta una espada que inclina hacia atrás con su mano.

Por otra parte, a la derecha del pontífice aparece su otro sobrino, hermano del anterior, Alejandro Farnesio, cuya indumentaria, de un predominante color rojo, nos informa de su condición de cardenal. Se nos muestra representado casi de perfil, mientras su mano derecha queda asida con firmeza a la silla papal y su cabeza se gira en dirección contraria a la del resto del cuerpo, dirigiendo su mirada hacia el espectador.

Tiziano ha representado a estos tres personajes en una actitud cotidiana, como si fuese sorprendidos de improviso, para dar un mayor naturalismo a la escena, recogiendo el momento en el que los dos sobrinos del Papa son recibidos por éste. Por otra parte, el pintor ha puesto el acento en realizar verdaderos retratos psicológicos de los personajes. Así, nos encontramos a un pontífice ya vencido en parte por la edad (tenía 78 años cuando fue retratado en este cuadro), pero que se niega a aceptar el paso del tiempo y, en consecuencia, a renunciar a su autoridad, conforme delata la vivacidad de su mirada (hasta cierto punto, signo de desconfianza en quienes le rodean) y el movimiento de su cuerpo.

El cardenal Alejandro parece adoptar una actitud más serena, pero sus ansias de poder quedan delatadas por el gesto de asirse con afán al respaldo de la silla pontificia. Finalmente, el gesto de su hermano Octavio nos remite a su carácter obsequioso, complaciente y, hasta cierto punto, adulador de su poderoso tío.

Por último, y como demuestran claramente la mano derecha del Papa y algunos elementos de la parte inferior del lienzo, la obra no fue concluida por Tiziano, hecho para el cual se han planteado diferentes hipótesis, sin que pueda formularse una coclusión definitiva.

B) Análisis simbólico:

El abundante uso de una amplia gama de tonos rojos y escarlatas en este cuadro por parte de Tiziano contribuye a dar tensión a una escena que, como ya se dijo, transcurre completamente en un interior. Hemos de dar aquí un cierto significado simbólico a esta omnipresencia del rojo, tanto en cuanto haría referencia al ambiente de intrigas y desconfianzas de la corte pontificia. Otro elemento simbólico presente en la obra es el pequeño reloj de arena, clara alusión al ineluctable paso del tiempo.

Por lo demás, y dadas las intenciones de retrato psicológico que aquí nos muestra Tiziano, cada rostro simboliza la personalidad del retratado: en el del Papa podemos ver signos de astucia y desconfianza, al mismo tiempo que de poder y autoridad. La actitud del cardenal Alejandro simboliza el poder que el mismo ha ido adquiriendo en la jerarquía cardenalicia, junto a sus aspiraciones de acceder algún día a la silla de Pedro. Octavio es una viva muestra del servilismo.

De otra parte, los tres representados, miembros de una misma familia, vienen a simbolizar el poder que el linaje de los Farnesio había alcanzado en la Roma papal del siglo XVI. Si bien Pablo III es la culminación de tal poder, Alejandro es símbolo del control del aparato eclesiástico y su hermano Octavio (con la espada que muestra su condición aristocrática) simboliza el prestigio de la familia también en cuanto a lo secular.

Finalmente, toda la obra es una clara simbolización de la política nepotista propia del papado de la época, en virtud de la cual lo más importantes cargos del gobierno y la administración son entregados a familiares directos de quien ocupa el poder.

C) Análisis sociológico:

Pablo III (nacido Alejandro Farnesio, 1468-1549) ocupó el trono papal durante quince años (1534-1549), tras una impactante carrera eclesiástica en la que logró ser nombrado cardenal antes de haberse ordenado como sacerdote. Quizás el hecho más significativo de su pontificado sea la convocatoria del Concilio de Trento, para hacer frente a la Reforma protestante. En general su gobierno se caracterizó por la energía de sus decisiones y, como ya se ha señalado, por la práctica de una clara política nepotista de la que resultaron beneficiados también sus hijos y nietos.

Tiziano: "Retrato de Pablo III". (1546). Nápoles.
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El pontificado de Pablo III vino a coincidir con el ejercicio de la dignidad imperial en Alemania por parte de Carlos V, a quien apoyó en su lucha contra el protestantismo en las tierras del Imperio, y con el gobierno en Inglaterra de Enrique VIII, cuya separación de la iglesia católica se consumó en estos años, dando lugar a la consolidación del anglicanismo. El Papa mostró siempre un claro afán por resaltar el papel de suprema autoridad religiosa que correspondía al obispo de Roma. Ello explica su interés por las realizaciones artísticas, en cuyo contexto cabe encuadrar los encargos confirmados a Miguel Ángel (entre ellos, el Juicio Final en la Capilla Sixtina) o la construcción de la Capilla Paulina, a la que dio nombre, amén de la serie de retratos ejecutados por Tiziano durante su corta estancia en Roma.

3) OTRAS CUESTIONES:
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En cuanto a los precedentes del cuadro que comentamos, parece muy probable que para la realización de esta obra Tiziano se inspirase en una semejante realizada por Rafael Sanzio hacia 1518-19, en la cual figura el Papa León X acompañado de dos de sus sobrinos, los cardenales Julio de Medicis y Luis de Rossi, estando éste tras el pontífice y asiendo con sus dos manos el sillón en el que aquél se encuentra sentado. En esta obra los colores rojos son también predominantes.

Derecha: Rafael Sanzio: "El Papa León X y sus sobrinos los cardenales Julio de Médicis y Luis de Rossi". (1518-19). Florencia.

Por útimo, cabe mencionar aquí otros dos retratos en solitario realizados por Tiziano al mismo pontífice, uno de ellos con el mismo tipo de sombrero de la obra que hemos comentado y el otro con la cabeza descubierta. En toda la serie podemos apreciar la singular maestría del artista veneciano para manejar la luz y el color (en especial, con su destacada preferencia hacia el rojo), así como el empleo de una pincelada suelta.
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Izquierda: Tiziano: "Retrato del Papa Pablo III (1549). San Petesburgo.
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En este enlace disponéis de la ficha de catálogo que nos presenta el Museo en el que se aloja la obra que hemos comentado. También en italiano podéis consultar esta interesante información sobre el cuadro.